¿Grandes o pequeños?

Obviamente no creo que nadie me haya entendido, pero me refiero a los ordenadores. Hoy, leyendo el país, como viene siendo habitual, he encontrado el siguiente reportaje:

Pequeños pero potentes

"La venta de portátiles ultraligeros se triplica - La fiebre de lo diminuto llega a las grandes compañías, que presentan versiones 'mini' de sus clásicos"

En él se habla de la emergente demanda de ordenadores cada vez más pequeños, menos potentes, pero más funcionales. Ordenadores que proporcionan la mayoría de los servicios a través de la web, o al menos están diseñados para eso.



Las principales compañías de ordenadores se han subido al carro de los denominados Netbooks, que es una palabra formada a partir de Net y NoteBook. Una vez los servicios web, ya sean repositorios, redes virtuales, u otros han alcanzado una fiabilidad decente, parece que el usuario cada vez requiere menos potencia en su ordenador personal; y el futuro tiende a ordenadores potentes caseros, y cada vez más, hacia ordenadores más manejables, y con un gran acceso wireless, para dispositivos portátiles.

¿Cuál es el nuevo modelo de biblioteca?

Siguiendo con los comentarios asociados al diario "El País", el otro día me encontré con el siguiente artículo:

Nuevos bibliotecarios para la era digital

En él se planteaban algunas ideas muy interesantes, eso sí, desde una perspectiva muy sensacionalista, que podríamos catalogar de muy americana. Como decía Borges en su Biblioteca de Babel:

El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente.



Hoy en día existe la posibilidad de encontrar ese universo interminable donde sumergirnos en el conocimiento, y encontrar con tan solo un clic todo aquello que estemos buscando. Por tanto, el modelo de biblioteca debe cambiar, no podemos quedarnos anquilosados en las antiguas bibliotecas físicas, como bien dice Rosalia en el artículo de "El País", por mucho que le pese a los eruditos nostálgicos.

También hace referencia a un tema importante, que es la nueva búsqueda de la información y la fiabilidad de la misma. Del mismo modo que una inmensa biblioteca se pone ante nosotros, debemos ser conscientes de que dicha biblioteca puede ser manipulada, o escrita por personas sin rigor, por lo que el futuro apunta hacia una correcta forma de cotejar la información encontada en la web, y no sólo a una búsqueda indiscriminada de la misma.

Añado un enlace a un comentario publicado el 4 de diciembre del 2007, en el blog de Pepe Cervera en el diario "20 minutos" y que está muy relacionado con este tema:

La educación equivocada

¿Podemos parar el P2P?

Para comenzar con este blog, me gustaría hablar de una noticia que leí hace poco en El País, que puede ser accedida a través del siguiente enlace:

La Ley 'antiP2P' francesa costará 70 millones de euros

Estamos hablando de una medida que ha sido tomada por el gobierno francés, y que por descontado podrá influir a otros gobiernos cercanos, tanto idelógicamente como geográficamente. Parece gracioso, que la tendencia de los países que en muchos aspectos se declaran como progresistas, es la de declarar acciones retrógradas y opresivas, que no escuchen la voz popular; y que actuen desde el miedo para convencer a sus conciudadanos sobre algo que antes parecía claro y opuesto.

Nos encontramos ante un claro ejemplo de las barreras que imponen los sectores de poder para, por un lado, intentar mantener el sistema anterior, ya sea acertado o erroneo, simplemente para conservación de dicho poder (en este caso, económico); y por otro, para cambiar la opinión pública imponiendo conductas antes no aceptadas por la ciudadanía, como son las descargas de internet.