domingo, 10 de mayo de 2009

El miedo a la catástrofe

Hace un tiempo leí en el periódico El Mundo la siguiente noticia:

El CO2 enterrado se disolvería en agua, pero podría volver a emerger a la superficie




Resulta curioso ver que es lo que los periódicos quieren que leamos, o simplemente lo que los lectores queremos leer. Constantemente se manifiestan peligros de castástrofes, que luego no se manifiestan. Parece que la sociedad quiere sentir miedo, o que las élites de poder quieren que lo sintamos. Vivimos una sociedad en la que los avances tecnológicos se han estancado en los últimos años, y hay que vender algún tipo de ciencia, para que la sociedad siga pensando que tiene científicos detrás que les ayudarán a predecir y salvar al mundo de cualquier catástrofe.

Seguramente el artículo del Nature será un buen trabajo científico, con grandes estudios detrás, y con un buen trabajo que seguramente ha sido ratificado por grandes expertos, pero lo que nos llega acotado, resumido y hasta cierto punto manipulado (no desde una perspectiva maligna, o eso quiero creer), o si quieren usemos la palabra "descuidado", no hace más que tergiversar la opinión pública, y entorpecer a los lectores de nivel cultural medio de la sociedad.

jueves, 7 de mayo de 2009

Un nuevo futuro

Hace un mes, me encontré la siguiente noticia en el diario El País:

Microsoft se rinde ante la Wikipedia y cierra Encarta tras 16 años

Es interesante ver como los imperios se crean y al tiempo ellos mismos caen. Sin duda, uno de los grandes avances de la divulgación cultural fueron las enciclopedias. Desde hace unos años, las llamadas enciclopedias (en papel) tuvieron un crecimiento impensable, y millones de personas se lanzaron a comprar volúmenes y vólumenes de cultura, que nadie leía al completo, pero que eran fácil es de consultar para cualquier tipo de duda. Sin embargo, ante una sociedad de la información, de la divulgación masiva y los avances científicos, pronto surgió una problemática:

¿Cómo se podrían actualizar unos libros que se suponía aunaban todo el conocimiento?

Pronto, las editoras resolvieron el problema, había que enviar anualmente un nuevo volumen que añadiera la información vertida en el nuevo año. Y pronto también alcanzaron un cierto gigantismo que era insostenible.

Con la llegada de la era digital, llegaba la posibilidad de cambio, y ahí vinieron brillantes ideas como la planteada en Encarta. Primeramente fueron hermanas pequeñas de los volumenes en papel, pero pronto, a medida que los sistemas de almacenamiento y compresión eran mejores, alcanzaron cotas más altas de volumen informativo. Sin embargo, ha llegado el momento de decir que fueron un gran paso intermedio pero no el paso definitivo, puesto no contaban con el fenómeno de internet. ¿Para qué almacenar algo en DVD y tener que actualizarlo anualmente, cuando hay algo que sé que existe pero no tengo y por tanto no ocupa espacio; y al mismo tiempo, puedo acceder a ello cuando quiero? Y no sólo eso, sino que se actualiza cada instante, en diferentes idiomas, y trata sobre temas tan dispares, que ni todos los DVD de la Encarta recogen...

El futuro estaba claro, lo único que faltaba era enterrar la anterior tecnología, que fue útil, pero no definitiva.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Hay que intentarlo para fracasar

Una noticia que leí hace poco y que me pareció interesante fue la siguiente:

El fundador de Wikipedia cierra Wikia Search al año de estrenarlo

Una brillante idea de Jimmy Wales, proponía establecer un nuevo sistema de búsqueda de información web, echando por tierra los tradicionales buscadores basados en complejos algoritmos de aprendizaje. Para ello, se suponía que todos los usuarios podrían contribuir, añadiendo los resultados que intuían, eran los más acertados para búsquedas concretas.



Sin embargo, el proyecto parece que ha fracasado. No podemos decir que la idea fuera mala, pero parece que no ha obtenido los resultados esperados, o por el contrario, es posible que aún los internautas no estén preparados para este nuevo reto. Lo que sí es cierto, es que la red necesita de nuevas formas de búsqueda y de indexado, puesto que ceder todo nuestro futuro cultural a un algoritmo que por motivos de seguridad empresarial, no es mostrado al público (es decir por ejemplo google); no parece para nada una gran idea, al menos desde el punto de vista de nuestras libertades de expresión, o para permitir a internet llegar a la cota más alta para la que fue creada: aquella que promulgaba que todos tuvieramos nuestra voz, y sonara tan fuerte como la de cualquier otro.